La exfoliación es el mecanismo mediante el cual puedes eliminar las células muertas de la piel. Al exfoliar tu cutis previenes la aparición de puntos negros, previenes el acné, mantienes el buen tono de ésta y reduces la aparición tanto de líneas de expresión como de arrugas.
La exfoliación sirve
para eliminar las células muertas que se acumulan en la superficie de la piel
impidiéndole respirar. Las células de nuestra piel se multiplican, mueren y se
renuevan. La exfoliación acelera este fenómeno natural estimulando
la regeneración celular y la microcirculación sanguínea de
superficie. Por todo ello la piel retoma su suavidad y flexibilidad.
Luego que llegan
los 35 años, puedes comenzar a notar cambios en tu piel. Es probable que se
vuelva menos grasosa y se torne un poco más seco con el paso de los años a la
vez que desarrolla algunas líneas finas. Tu rutina de cuidado de la piel puede
requerir ajustes a medida que cambia tu piel. La exfoliación es el proceso de
pulir suavemente la capa superior para eliminar las células muertas de la piel. Generalmente,
la exfoliación cuatro o cinco veces a la semana está bien si tienes la piel
grasa, o una o dos veces a la semana si tu piel es sensible o seca. Sin
embargo, es posible que debas exfoliarse con menos frecuencia a medida que tu
edad avanza.
¿Qué significa?
A medida que
envejece, tu piel se vuelve más seca y menos elástica, lo que puede producir
arrugas. También puede encontrar que su piel tiene
una textura más áspera de lo que solía ser. Esto se debe a que la capa superior
de la piel se vuelve más gruesa a medida que envejece, según SmartSkincare. La
exfoliación es beneficiosa, pero los cambios que hacen que su piel sea más
sensible a medida que envejece pueden significar que debe exfoliar con menos
frecuencia.
¿Para qué sirve?
La piel está
compuesta por capas de células. Algunas células muertas de la piel permanecen
unidas a la piel. Esto puede hacer que tu piel se vea opaca o dañada si se
acumulan células muertas en exceso. La exfoliación es el mecanismo mediante el
cual puedes eliminar las células muertas de la piel.
¿Y, después de la
exfoliación?
Asegúrate de
aplicar siempre un
humectante en la piel después de la exfoliación. Esto ayuda a mantener la piel
húmeda y flexible. Si tu piel se siente tensa después de la exfoliación, es una
señal de que puedes haberlo hecho en exceso. La aplicación de la crema
hidratante ayudará.
¿Cuáles son los
beneficios de exfoliar la piel?
Según los
dermatólogos, la exfoliación ayuda a que la piel quede más brillante y suave, y
a la vez favorece la absorción de las cremas y los tratamientos, tanto
cosméticos como médicos. Sin embargo, hay que tener cuidado con una exfoliación
excesiva, ya que puede resecar, irritar, inflamar e incluso engrosar más el
estrato córneo de la piel (la capa más externa, formada por células muertas
apiladas que van desprendiendo poco a poco). Además, una irritación constante
de la piel podría provocar manchas.
¿Con qué
frecuencia se debe exfoliar?
La frecuencia
depende del tipo de piel y el tratamiento que usemos. Una piel gruesa y grasa,
según los dermatólogos, puede exfoliarse
con frecuencia diaria (siempre que no sea una exfoliación agresiva; con
productos químicos suaves y según la tolerancia de cada cual), y una piel seca
y sensible, a lo más una vez por semana. Los tratamientos exfoliantes
realizados por el dermatólogo, llamados peeling químicos (’peeling’ significa
pelar), son más potentes y según el ácido usado se realizan semanal o
mensualmente. Estos, al ser más intensos, producen resultados más duraderos.
¿La exfoliación
está indicada para todo tipo de pieles?
La exfoliación
está especialmente indicada para personas con piel grasa con tendencia acneica.
Sin embargo, está contraindicada para quienes tengan rosácea o pieles sensibles
ya que puede agravar su condición de base. Algunos doctores opinan que no todas
las dermis necesitan ser exfoliadas: “La piel es perfecta y la limpieza facial
no debe ser agresiva, sino adecuada para cada individuo. Existen jabones y
lociones apropiadas para todo tipo”. Si la intención es renovar la piel, para
que quede lisa y homogénea, se recomienda acudir al dermatólogo para que
planifique un tratamiento o peeling adecuado.
¿Qué son los
exfoliantes?
Los exfoliantes
son sustancias que ayudan a remover residuos de células e impurezas en la
dermis y existen una variedad amplia de ellos. Desde los recomendados y hechos
por dermatólogos hasta los que se elaboran en casa con ingredientes naturales.
La exfoliación puede ser hecha por un dermatólogo o cosmetólogo incluso también tú, en casa, puedes aplicarla. Por su parte, los médicos utilizan métodos con sustancias químicas que separan a las células muertas de la capa cutánea externa.
La exfoliación puede ser hecha por un dermatólogo o cosmetólogo incluso también tú, en casa, puedes aplicarla. Por su parte, los médicos utilizan métodos con sustancias químicas que separan a las células muertas de la capa cutánea externa.
Técnicas e
ingredientes exfoliadores
Los ingredientes que se emplean para la exfoliación pueden ser cristales de sal, azúcar, frutas, avena, semillas de uva, microesferas de polietileno, entre otros.
Estas son
opciones para exfoliar:
Productos
naturales: tales como avena, azúcar, café, almendras, yogurt, aceite, miel,
aguacate y fresas, algunos combinados y de otros sólo la pulpa.
Microdermobrasión:
este procedimiento podría ser algo semejante a pasar una lija sobre tu rostro.
No es doloroso y sólo debe efectuarlo un dermatólogo o un esteticista porque él
conoce cuáles son los ácidos y cristales que se emplean.
Exfoliantes
químicos: aquellos que tengan como sustancia activa hidroxiácidos Beta y Alfa
tienen un efecto eficaz ya que no sólo desprenden las células muertas, sino
también limpian los poros. Aunque antes de emplearlos, no olvides consultar al
médico.
Al exfoliar tu
cutis previenes la aparición de puntos negros, previenes el acné, mantienes el
buen tono de ésta y reduces la aparición tanto de líneas de expresión como de
arrugas.
Exfoliación
según el tipo de piel
Ya que existen
varias formas para exfoliar el cutis, es importante que conozcas cuál es tu
tipo de piel así emplearás la técnica o producto indicado. Si tu piel es
sensible, aquellos exfoliantes que contienen granulos no soy apropiados, al
respecto lo ideal es que consultes al dermatólogo quien puede indicar el método
de exfoliación apto para ti.
La piel seca:
exfoliantes que sólo contengan hidroxiácidos Alfa porque tu rostro necesita una
exfoliación suave en la superficie cutánea más no un efecto de resequedad. La
frecuencia con que se debe realizar es una vez a la semana.
La piel grasa:
la sustancia activa que debe predominar en estos exfoliantes son los
hidroxiácidos Beta porque remueven las células muertas de la piel y penetran
los poros para limpiarlos; es recomendable exfoliar dos días a la semana.
La piel normal a
mixta: prueba un exfoliante con hidroxiácidos Beta dos veces por semana.
5 ingredientes
para exfoliantes caseros
Si bien, las
capas de células muertas van cayendo y son sustituidas de forma natural, al
exfoliar la piel, las capas más profundas estimulan la producción de nuevas
células saludables.
Ahora te quiero
mencionar produtos que tenemos en casa y que funcionan como exfoliantes
naturales. Comienza con movimientos muy suaves lejos de la zona que rodea los
ojos. Si notas que la piel se irrita, enjuaga y aplica agua fría.
Azúcar
Aunque el azúcar
se utiliza tradicionalmente como endulzante, también la puedes emplear en
recetas de belleza naturales. Para hacer un exfoliante necesitas una cucharada
de aceite de oliva y ¾ de cucharada de azúcar. Mezcla perfectamente. Aplica
sobre tu rostro con masajes circulares. Deja actuar por 3 minutos y retira con
abundante agua.
Café
La textura
rugosa y aromática de la borra del café es ideal para pulir la piel y eliminar
células muertas. Se puede mezclar con aceite de coco, aceite de rosa mosqueta,
aceite de oliva o con alguna crema nutritiva hasta hacer una pasta. Masajea con
movimientos circulares. Enjuaga. Te puede interesar la receta de exfoliante con café, miel y aceite de coco.
Sal
La sal no sólo
sirve para la cocinar, también tiene propiedades que ayudan a eliminar las
células muertas de la superficie de tu piel. Para hacer un exfoliante necesitas
una cucharada de aceite de oliva y media cucharadita de sal. Mezcla
perfectamente. Aplica sobre tu rostro con masajes circulares. Deja actuar por
un par de minutos y retira con abundante agua.
Avena
Para renovar y
limpiar tu piel en forma natural, la avena es una muy buena opción. Simplemente
necesitas mezclar ¾ de taza de avena seca y 1/3 taza de agua tibia. Mezclar hasta
formar una pasta suave. Extiéndela generosamente por tu rostro, protegiendo el
área del contorno de los ojos. Deja actuar por unos 15 o 20 minutos, sentirás
como se empieza a secar. Enjuaga con abundante agua tibia. Si el exfoliante
elegido genera irritación, suspéndelo y acude a una revisión con el médico. Recuerda siempre aplicar un
humectante facial después de exfoliar para mantener la hidratación.
Bicarbonato
de sodio
Debido a su
composición y textura, el bicarbonato de sodio es ideal para la exfoliación,
toda vez que ayuda a remover las células muertas, así como a destapar los poros
y desintoxicar la piel, estimulando la regeneración celular. Sólo tienes que
mezclar tres partes de bicarbonato de sodio con una parte de agua. Frotar
suavemente sobre el rostro con movimientos circulares y enjuagar.
En el mercado
hay una amplia gama de productos, que podemos agrupar en dos grandes tipos: los
llamados mecánicos, que básicamente lo que hacen es ‘raspar’ y arrastrar las
impurezas, ya sea con las fibras de una esponja o los gránulos de un scrub (son
las cremas o geles que contienen esas partículas que parecen granitos). Y los
exfoliantes químicos, compuestos en su mayoría por ácidos, como el salicílico o
glicólico, que disuelven componentes celulares.
¿Cómo debemos
exfoliarnos?
En casa, lo
ideal es exfoliar en la ducha con la piel humedecida. Se aplica una pequeña
cantidad de crema o gel exfoliante, directamente con las manos o con la ayuda
de una esponja o guante, y se trabaja bien cada zona del cuerpo. Los
movimientos tienen que ser circulares y ascendentes, porque así mejoramos el
retorno venoso y drenamos la piel, lo que permitirá que los productos para
nutrirla penetren mucho. Retiramos el producto con agua, secamos cuidadosamente
la piel y aplicamos crema hidratante o aceite corporal.
¿Todas
las zonas del cuerpo se exfolian de la misma manera?
Las diferentes
partes del cuerpo varían en función del grosor de la capa de células muertas
(capa córnea) y del nivel de grasa. Por ejemplo, la piel facial es sensible; la
del escote, delgada, y la de codos y talones, muy gruesa. Teniendo esto en
cuenta, lo siguiente más importante en todos los casos es terminar con una
buena humectación.
Cuello y
escote: hay que tratarlos igual que el rostro. Su piel es muy delicada y
la exfoliación debe ser realizada con movimientos suaves, sin frotar, e
idealmente con el mismo producto que usamos para la cara.
Rodillas,
talones y codos: son zonas con piel más dura y se recomienda exfoliar con
un poco más de intensidad.
Espalda y
manos: suelen ser las grandes olvidadas. Para la espalda podemos ayudarnos
de un cepillo que nos permita alcanzar la zona.
¿Cómo debemos
tratar la piel del rostro?
Como dije
anteriormente, la piel de la cara es más delicada, y por eso hay que tener más cuidado
y utilizar productos específicos. Hay que evitar la zona de los ojos y los
labios. Los cosmetólogos recomiendan masajear con movimientos circulares los
lados de la mandíbula, pasando por las comisuras de la boca, al lado de las
fosas nasales y en los pómulos. Presionar suavemente la piel hacia arriba y
luego hacia afuera, pero nunca hacia abajo, pues eso puede hacer que se hunda.
No friccionar nunca con fuerza la piel.
El área de la
frente: masajear ambos lados a la vez. Empezar cerca de las sienes y, también
con movimientos circulares, moverse gradualmente hacia el centro para después
volver a los lados.
Y, ¿qué hacemos
con los labios?
Algunos
dermatólogos afirman que los labios están cubiertos por mucosa y esta no tiene
estrato córneo, que es la capa de piel que exfoliamos, por lo tanto no debe
hacerse. En su opinión, sólo debemos preocuparnos de mantenerlos bien
humectados.
Sin embargo esa es la razón que otros dermatólogos y cosmetólogos
usan para apoyar la exfoliaxion de los labios. Al no crear sebo, esta capa que
produce la piel para protegerse, los labios son más vulnerables a los ataques.
Sea cual sea la temporada, las agresiones son múltiples y toca adaptar cada uno
de los cuidados. De ahí que se piense que para conseguir labios perfectos
dependemos de cumplir seriamente con dos pasos básicos:
la exfoliación y la hidratación. Existen exfoliantes fabricados
especialmente pensando en al delicada piel de los labios. Puedes buscar uno de
ellos o exfoliar tu misma en casa con azúcar y aceite coco, aceite de oliva o
aceite de aguacate. Luego hidrata con manteca de karité o con manteca de cacao.
¿Por qué es tan
importante hidratar la piel después de exfoliar?
Resulta que al
eliminar las células muertas, la piel se deshidrata y de ahí que sea muy
importante mantener los niveles adecuados de humectación. Por otra parte, los
productos penetran mejor y son más efectivos al estar la piel más permeable.
Nunca debes
olvidar que con la exfoliación se retira el manto graso de la piel y esto no es
beneficioso ni saludable. Incluso, en algún caso, podría estimular la
producción exagerada del sebo en el organismo y agravar la situación.
¿Podemos
fabricar nuestro propio exfoliante?
Por supuesto que
sí. Al inicio del artículo te hablo de esto y te menciono los ingredientes
naturales que tienes en casa y que te pueden servir.
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