TENER SIEMPRE LA RAZÓN

 

El deseo de tener siempre la razón

no puedo contentarme con tener razón yo sólo
                                                                                  Henri-Frederic Amiel
Es increíble el efecto negativo que causa  en nosotros el pensamiento de que pudiéramos no tener la razón en algo. No se si se debe a nuestro orgullo o a nuestro espíritu de competencia pero siempre anhelamos tener la razón. Realmente si somos sinceros, es imposible que alguna persona sobre la faz de la tierra este acertado en todo cuanto diga o piensa. Es imposible. Sin embargo nada ni nadie nos logra sacar de la idea de que en ello nos va la vida.

Un estudiante fue a visitar a su maestro de meditación y le dijo alarmado:

Alumno: ¡Mi meditación es horrible! Me siento tan distraído. No me puedo concentar. Me quedo dormido cosntantemente. ¡Es horrible!

Maestro: Pasará

Una semana más tarde, el estudiante regresó y esta vez dijo:

Alumno: ¡Mi meditación es maravillosa! Me siento tan concentrado, tan tranquilo.

Maestro: Pasará







Nos quedamos atrapados en el deseo de tener la razón y por eso esperamos que las cosas sean perfectas. La respuesta del maestro puede parecer absurda pero es cierta. Cada experiencia es nuestra vida es única. Unas veces hacemos algo y tenemos un resultado y otras veces haciendo lo mismo el resultado es diferente. La razón es que no podemos tener el control de todas las variables involucradas. No lo sabemos todo. No podemos controlarlo todo.

Pero, la comprensión de que estamos equivocados en algo es realmente dolorosa. Y duele tanto porque estar en lo correcto está sobrevalorado. Estar en lo correcto no pone siempre en "modo juez". Significa que estamos todo el tiempo buscando evidencias que nos demuestren que los demás están equivocados. 

He conocido personas que prefieren ver a sus seres queridos derramar lágrimas por haberse equivocados a que ellos no tengan la razón. Así de fuerte es este deseo.

En la Biblia leemos:


¿Y por qué miras la paja que está en el ojo de tu hermano, y no echas de ver la viga que está en tu propio ojo?
 ¿O cómo dirás a tu hermano: Déjame sacar la paja de tu ojo, y he aquí la viga en el ojo tuyo?

La verdad recogida en estos versos todavía nos golpea el rostro. Estas preguntas nos ponen en perspectiva porque a veces olvidamos que somos seres humanos que miramos y evaluamos el mundo a través de un lente de subjetividad. No importa cuan lógico o inteligente seas, no siempre puedes acertar. No siempre tienes la razón.



¿Por qué queremos tener siempre la razón?


Creemos que si estamos equivocados, hay algo mal en nosotros.

Pensamos que no tener la razón nos convierte en el error.

Sin embargo, hay algo en lo que quiero que pienses: Si siempre tienes la razón, eso quiere decir que todos los demás están equivocados. Además, cuando crees que eres poseedor de la verdad, dejas de tratar de entender los puntos de vista de las otras personas.

Kathryn Schultz, autora de "Being Wrong" (Estar equivocado), identificó tres suposiciones principales que hacemos para converncernos de que tenemos razón:


  • Asunsión de ignorancia

Creemos que otros no tienen la adecuada educación o carecen de la información que nosostros tenemos. Pensamos que si los hacemos partícipes de lo que sabemos dejarán de ser ignorantes.


  • Asunción de idiotez

Las otras personas tiene la misma información que nosotros pero son incapaces de unir las piezas. No son tan inteligentes como nosotros. Es por eso que están equivocados.


  • Asunción malvada

Nos conducimos basados en la idea de que los demás conocen la verdad pero la están distorsionando. Se están equivocando a voluntad porque quieren causar mal.




Tener siempre la razón es un problema

El problema de estar siempre en lo correcto es que presupone que las otras personas están equivocadas, son ignorantes, idiotas o simplemente quieren causar confusión y daño. Cuando juegas el juego de culpar, dejas de considerar la posibilidad de que seas tú el equivocado.

Te dejo con esta frase de Tony Blair:

Nadie gana la batalla de estar en lo correcto. A veces es mejor perder y hacer lo correcto que ganar y hacer lo incorrecto.

¿Siempre quieres tener la razón? ¿Conoces a personas que nunca se equivocan? 

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