PELIGROS DE ESTAR SIEMPRE EN LO CIERTO.

 


Maneras en que perjudica tener siempre la razón.

Estar en lo cierto es algo que todos encontramos satisfactorio y no podemos negarlo. Refuerza nuestra autoestima y nos ayuda a mantener las convicciones. Pero sabemos y comprendemos que hay límites. Todos entendemos que es vital que nuestras actitudes ayuden a construir y no sólo a romper la armonía. Debemos aprender a escuchar y estar abiertos a crecer a través de un corazón empático.


Hay que atender no sólo a lo que cada cual dice, sino a lo que siente y al motivo por qué lo siente.

                                        Cicerón


Por otra parte, es beneficioso recordar que todos tenemos derecho a tener nuestras propias opiniones, nuestras propias verdades y gustos. Aquello que hemos descubierto a través del tiempo y que nos identifica y define. Sin embargo, la precaución es necesaria, porque ninguno de estos aspectos debe “secuestrarnos” hasta el punto de lanzarnos a la prisión de “mi verdad es la única verdad que cuenta“.

Las relaciones personales son las que más sufren con esto y sin ellas estamos perdidos porque, somos por diseño, seres sociales. Por eso, quiero que hablemos de los perjuicios que sufre la persona que padece el mal de "tener siempre la razón".


6 Perjuicios de tener siempre la razón.


  • SoledadLa gente que siente la necesidad de tener razón en todo momento o circunstancia se encontrará siempre sola y aislada de sus amistades, colegas o familiares. Se agarra tan firmemente a su ideología o forma de pensar que es imposible mantener un dialogo razonable con ella. Es como si el blindaje de un fuerte se pegara a su exterior, reflejando a su vez una falta de seguridad y miedo por lo que es realmente vida. Para estas personas, la necesidad de tener siempre razón se convierte en una cruzada y en una razón de ser. Una cosa es tener razón y otra cosa es que esa razón se convierta, por mi fuerza, en la verdad de los demás. Para ello hay que encontrar los medios adecuados para expresarla. Aunque por dentro puedan sufrir emocional e intelectualmente, nunca serán totalmente conscientes de los dañinos efectos de ese círculo vicioso. Círculo que además es físicamente debilitante. Como versa el dicho: "No hay peor ciego que el que no quiere ver".    

  • Se irrespeta el derecho a la individualidad: Cada persona vine a este mundo con un cógigo genético que lo distingue de los demás. Nace con un cerebro que funciona de manera única y aquí no estoy hablando en el sentido anatómico. Estoy hablando de las estructuras mentales y de pensamiento que diferencias a unos de los otros. Sobre un mismo aspecto pueden existir miles puntos de vista y deben poder ser expresados para que podamos coexistir en armonía aún cuando no concordemos. La individualidad merece y debe ser respetada.

  • Se pierde la oportunidad de considerar y sopesar alternativas: El deseo de tener siempre la razón opaca el límite entre la verdad y los hechos. ¿No crees que exista la posibilidad de que dos puntos de vista sean acertados aunque no sean idénticos entre sí? O,  ¿es que acaso pensamos que la razón de uno tiene que suponer, obligatoriamente, la anulación del otro?


  • Se vuelve un comportamiento autodestructivo: Las personas que "lo saben todo" y "tiene la razón en todo" son irracionalmente radicales. De ahí que se vuelvan personas solitarias y antisociales. Cuando los demás los miran ven a personas individualistas, incapaces de trabajar con otros y difíciles de tratar. Personas que no pueden dar ni recibir afecto.


  • Se pierden oportunidades: Al no poder interactuar sanamente con otros nadie piensa en ellos cuando tiene algún proyecto en mente. Además, al creer que ya lo saben todo se cierran a nuevas ideas, y dejan de crecer. La vida es un constante aprender y crecer. Nunca, por mucho que estudiemos,  llegaremos a saberlo todo.


  • Se muere la curiosidad: El interés por escuchar a otros va desapareciendo paulatinamente porque piensan que nadie tiene algo valioso que enseñarles. No les interesa nada más que no sea la validación y confirmación de sus propias ideas y manera de pensar.


Protegedme de la sabiduría que no llora, de la filosofía que no ríe y de la grandeza que no se inclina ante los niños.
                                      Gibran


Conclusión:

Los seres humanos solemos cometer errores y, por lo mismo, debemos permitirnos el equivocarnos, pedir disculpas si hemos ofendido a alguien o hemos dicho o hecho algo que en realidad no quisimos. La forma de crecer es, justamente, permitírnoslo porque esa es una herramienta que nos fortalecerá cada día para actuar con más calma, claridad y templanza.

¿Eres de los que nunca pierde una discusión?
¿Te cuesta mucho escuchar a otros?
¿Cuando otros hablan pierdes, automáticamente el interés en la conversación?
¿Conoces a alguien quue siempre tiene la razón?

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