11 rasgos de la persona auténtica. ¿Cómo saber si soy auténtico? ¿Qué ventajas tiene ser auténtico?
Sé tú mismo. Todos los demás ya están ocupados.
Wilde lo hizo parecer tan simple, pero vivir con autenticidad es un verdadero desafío.
Siempre
que trabajé en el pasado con adolescentes, esta fue una de las enseñanzas
primordiales en los programas de clases: “Sean auténticos. Sean ustedes mismos”. También a mis hijos,
desde que eran pequeños, les inculqué la idea de que las opiniones de sus pares
acerca de ellos mismos, no tenía el poder para cambiarlos. Sólo eran opiniones.
Para un adolescente, cuya principal meta parece ser el “ser aceptado y amado
por los demás”, esto es algo extremadamente complicado. En esa etapa de la vida
creemos con todas nuestras fuerzas que la opinión y criterios de los demás, nos
validan y afirman. No importa cuantos dones tengamos, si los demás creen que no
los tenemos, pues entonces, no los tenemos. Así de simple. Lo más terrible de
todo esto es que socialmente somos muy presionados a ser de una u otra manera.
En la mayoría de las ocasiones, existe un molde social en el que todos debemos
encajar de lo contrario, nos espera el rechazo y la no aceptación. Por eso,
montamos un “personaje” que le guste a todos y así vivimos.
Sucede que cuando esta dificultad no es
superada en esta etapa del desarrollo, llegamos a la adultez sin el valor
necesario para romper el personaje y ser totalmente auténticos.
¿Cómo puedo ser auténtico?
Para vivir de manera
auténtica, debes ser dueño de tus acciones y asegurarte de que concuerden con tus
creencias y necesidades. Esto puede ser algo difícil de mantener cuando las
fuerzas externas te presionan para hacer algo con lo que no te sientes cómodo o
para ser alguien que no eres.
La
mayoría de las personas han experimentado la incomodidad que conlleva el no
poder comportarse de manera auténtica. Investigadores de Harvard, Columbia y
Northwestern se unieron para medir este fenómeno científicamente. Descubrieron
que cuando las personas no se comportaban de manera auténtica, experimentaban
un estado de incomodidad elevado que generalmente se asocia con la inmoralidad.
Las personas que no eran fieles a sí mismas estaban tan angustiadas que sentían
un fuerte deseo de limpiarse físicamente.
Está claro que nuestro cerebro sabe
cuando estamos viviendo una mentira, y como todas las mentiras, ser inauténtico
no causa más que daño.
¿Pero cómo empiezas a vivir
auténticamente? Eso puede ser difícil, especialmente si has estado desempeñando
un papel durante la mayor parte de tu vida adulta.
No tenía idea de que por ser auténtico yo podría hacerme tan rico. Si lo hubiera sabido, lo habría hecho mucho antes.- Oprah Winfrey
Razgos
de las personas auténticas.
Las
personas auténticas están profundamente sintonizadas con quiénes son y qué
quieren.
Su capacidad para vivir su vida en armonía con su verdadero yo proviene de
algunos hábitos claramente discernibles que cualquiera de nosotros puede
estudiar e incorporar a nuestro repertorio.
Ayudan a otros a ser su ser auténtico. Las personas auténticas
no esperan que otros jueguen un papel tampoco. No hacen que las personas
sientan que tienen que encajar en cierto molde o proyectar una determinada
imagen para formar parte de sus vidas. Su compromiso de ser auténtico les da a
otras personas la libertad de vivir auténticamente también.
Dejaron
ir a las personas negativas. Las personas auténticas tienen demasiado respeto
por sí mismas para tolerar a las personas que las tratan mal o tienen mala
voluntad hacia ellas, y tienen demasiado respeto por otras personas para tratar
de cambiarlas. Entonces lo sueltan, no por enojo, sino por su necesidad de ser
fieles a sí mismos.
Expresan sus verdaderos sentimientos y opiniones, incluso cuando no son
populares. Las personas auténticas no viven un estilo de vida para llevarse
bien. Simplemente no son capaces de actuar de una manera que sea contraria a lo
que dictan sus principios, incluso si hay repercusiones. Prefieren no mentir a
otras personas, y especialmente no pueden mentirse a sí mismos. Esto significa
que están dispuestos a vivir con las repercusiones de mantenerse fieles a sí
mismos.
Ellos
son confiados.
Mucha ansiedad social proviene del temor que tenemos de ser “descubiertos”.
Tememos que alguien descubra que no somos tan inteligentes, experimentados o
conectados como pretendemos ser. Las personas auténticas no tienen ese miedo.
Su confianza proviene del hecho de que no tienen nada que esconder. Quienes
parecen ser, son quienes realmente son.
Prefieren conversaciones profundas a charlas sin
sentido.
Eleanor Roosevelt una vez dijo:
Las grandes mentes discuten ideas; las mentes promedio discuten eventos; las mentes pequeñas discuten sobre las personas.
No encontrarás personas auténticas que estén todo el tiempo chismeando sobre otros o que estén detrás de los últimos escándalos de
celebridades. Saben que todo eso no es más que adornos culturales, y eligen
hablar sobre cosas que importan.
No aceptan el consejo de nadie sin antes
evaluarlo cuidadosamente. No es que las personas auténticas no estén dispuestas a pedir consejo;
Pero no ponen ese consejo en acción solo porque otras personas lo hayan hecho.
Primero, lo analizarán desde una perspectiva crítica para que puedan estar
seguros de que tiene sentido para ellos.
No se quejan de sus problemas. Quejarse es lo que haces cuando piensas que la situación en la que te
encuentras es culpa de otra persona o que es el trabajo de otra persona
solucionarlo. Las personas auténticas, por otro lado, son responsables. Ellos
entienden que ellos, y nadie más, son responsables de sus propias vidas, por lo
que no tiene sentido quejarse.
Están motivados internamente. Las personas auténticas
no se sientan en sus escritorios pensando: “Bueno, si mi jefe hiciera que este
trabajo valiera la pena, haría un mejor trabajo”. El famoso enfoque de la zanahoria y
el palo no es relevante para ellos. Están motivados desde adentro porque saben
quienes son y hacia dónde quieren ir.
Sacan lo mejor de cualquier situación. Las personas auténticas tienen una comprensión muy firme de la
realidad. Cuando las cosas no salen como quieren, no quedan atrapadas en la
negación, y no se quedan sentados quejándose acerca de cómo las cosas deberían
ser diferentes. Simplemente hacen un balance de cómo están las cosas y, si no
hay nada que puedan hacer para cambiar la situación, encuentran una manera de
aprovecharlo al máximo.
No se estresan ni molestan cuando no son
aceptados.
Nunca es divertido aceptar que a alguien no le gustes, pero muchas veces esa
incomodidad proviene de intentar averiguar qué hiciste mal o cómo puedes
solucionarlo. Las personas auténticas no tienen esa ansiedad porque nunca
intentarían cambiarse para influir en la opinión de otra persona. Aceptan que
otras personas tienen derecho a ser auténticas sobre sus propios sentimientos,
incluso si esos sentimientos son negativos hacia ellos.
CONCLUSIÓN:
Realmente, vivir
auténticamente es un desafío perpetuo que nos trae grandes recompensas. Es un
camino noble del que no te arrepentirás. Lograr todo lo que hemos enumerado
anteriormente puede parecer una meta inalcanzable, sin embargo, debes estar de acuerdo conmigo en que no vale la pena vivir la vida como si fueras otra
persona. Vivir cada día es un reto. Si encima de ello, vas a tener la
insatisfacción y el estrés de saber que lo que otros ven y aceptan de ti, es tu
“personaje” y no a ti mismo, no vale la pena. Recuerda que eres alguien
especial con un propósito especial que nadie más puede cumplir en tu lugar. No
pierdas tiempo repitiendo la vida y el propósito de otro. Sé tú mismo y
regálales a otros la bendición que
resulta de conocerte y tener una relación contigo.
¿Cuáles
son los beneficios de vivir auténticamente? Por favor, comparte conmigo lo que piensas sobre esto en los comentarios.
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